Una Historia con final feliz y un emotivo agradecimiento
Hace 17 años, Quines se movilizó por Melanie Oros, cuando ella solo tenía dos años, padecía leucemia y tuvo que trasladarse al Garrahan a realizar su tratamiento. Hoy -ya convertida en una joven estudiante de kinesiología- viajó a un último control a Buenos Aires y desde ese Hospital escribió un agradecimiento que conmovió a todos. Lo compartimos.
La historia de Melanie es una historia de lucha. Una historia de lucha y de superación. Una historia que comenzó cuando ella tenía dos años y fue diagnosticada con leucemia.
Allí apareció el solidario pueblo de Quines en todo su esplendor. “Quiero agradecer al pueblo en general, a todas y cada una de las personas que nos ayudaron en el momento en que más lo necesitamos”, señala Melanie en uno de los fragmentos de su emotiva publicación que aquí compartimos.
La nota completa:
“Después de 17 años llegó el momento de despedirme de éste lugar, que fue por mucho tiempo un segundo hogar.
Como muchos saben yo me recuperé hace mucho, pero seguir yendo a mis controles me traía muchos recuerdos, y era toda una movilización interna que me hacía replantearme muchos aspectos de mi vida.
Muchas veces intenté buscar el ¿porque? No tanto por mi, sino por los momentos de angustia que pasó mi familia y como mis hermanos la lucharon a la distancia siendo tan chicos.
Éste es para mi un cierre que necesitaba, pero… ¿cómo no tener sentimientos encontrados? Es imposible no sentir alegría por el fin de esta etapa, pero a la vez es inevitable la angustia de dejar éste lugar que me dio tanto y que, literalmente, me salvó. En donde me recibieron con los brazos abiertos, y no solo me brindaron su atención, sino también su apoyo y un cariño inmenso.
Este logro elijo dedicarlo hoy, a dos personas muy importantes que fueron pilares fundamentales en esta lucha, ellas son mi abuelita Hortensia y mi tía Gladis, a quienes lamentablemente no puedo tenerlas acá conmigo, pero una parte de ellas vivirá siempre en mi. Espero que nunca dejen de cuidarme desde donde estén, porque ellas siempre me hacen falta.
Para finalizar, me gustaría agradecerles a todos su apoyo incondicional. Sé que mi familia lo hizo reiteradas veces, pero yo nunca tuve la oportunidad de hacerlo, así que aprovecho para agradecer, principalmente, al querido Dr. Di Franco quien fue la primer persona en ayudarme, a mis papás por nunca dejarme caer, a mis hermanos por ser siempre mi más grande apoyo y a toda mi familia por luchar esta batalla conmigo. Agradezco también al pueblo en general, a todas y cada una de las personas que nos ayudaron en el momento en que más lo necesitamos. Mil gracias.“
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