Ubicada en la Banda Norte de San Francisco del Monte de Oro, sobre calle Belgrano, entre Sarmiento y Alberdi. Guarda en su recinto interior no solo numerosos libros históricos y elementos antiquísimos (entre los que se destaca una prensa), sino también una larga historia de luchas, avances y retrocesos no siempre conocida y valorada.

Por Mario Z. Camargo
El 30 de octubre de 1910 se llevó a cabo una importante asamblea pública en el local de la Escuela Graduada de Varones de San Francisco del Monte de Oro. Participaron docentes de las distintas instituciones educativas y prestigiosos vecinos de reconocido entusiasmo. El objetivo que los convocaba era crear una ansiada Biblioteca Popular, para beneficio y prosperidad de todos los habitantes.
Una vez escuchado el discurso del Sr. Cornelio P. Moyano y tras un cambio de ideas, se concretó la fundación de esta entidad, la cual fue denominada Juan de Dios Escobar, “en memoria del viejo maestro de este nombre, que por espacio de treinta y tantos años, consagró su existencia en esta población a la labor educacional (…)”.
Según consta en el acta de fundación, se dispuso que esta biblioteca estaría a cargo de una asociación compuesta por todos los vecinos presentes y ausentes que simpatizaran con sus propósitos. La Comisión Directiva de dicha asociación constaría de cuatro presidentes honorarios, seis protectores, un síndico, un presidente titular, dos vicepresidentes, un secretario y diez vocales.
En el marco de dicha asamblea fue practicada la elección correspondiente para la Comisión Directiva, siendo electas por mayoría de votos las siguientes personalidades:
– Presidentes Honorarios: Doctores Manuel A. Montes de Oca, José B. Zubiaur, Adolfo Rodríguez Saa y Don Dalmiro S. Adaro;
– Protectores: Senador Sr. Eriberto Mendoza, Juan Wenceslao Gez, Rosario Quevedo, Dr. Nicolás Jofré, Sr. Faustino F. Berrondo y Dr. Modesto Quiroga;
– Síndico: Cirilo Sergio Olmos;
– Presidente Titular: Sr. Pedro P. Concha;
– Vicepresidente Primero: Sr. Rufino S. Arce;
– Vicepresidente Segundo: Presbítero Don Manuel Beltrán;
– Secretario: Sr. Cornelio P. Moyano;
– Prosecretaria: Sra. Demofila Concha de Pérez;
– Tesorera: Srta. Rosenda Quiroga;
– Protesorero: Sr. Gerónimo Camargo;
– Vocales: Samuel Bustos, José M. Aberastain, Sr. Ramón García, José Blanchet, Srtas. Antonia Aberastain, Luisa Astudillo, Sres. Lorenzo López, Alfonso Sopeña y Srta. Coloma Tello.
De esta manera, comenzaba a materializarse este gran anhelo de dicha sociedad. Si bien la idea no era novedosa, pues anteriormente existió la intención, nunca se había logrado dar el primer paso en su consecución. De todos modos, lo cierto es que, a raíz de una serie de contratiempos, se demoraría varios años en funcionar esta flamante institución.
En 1916 el presidente Pedro P. Concha y el secretario Cornelio P. Moyano informaron a la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares el reinicio de los trabajos para la organización definitiva de dicha biblioteca. Buscaban efectivizar su apertura al servicio público. Sin embargo, este intento no tuvo éxito, tal como a quedado demostrado en documentos posteriores.
Casi dos años después, el 15 de enero de 1918, el Secretario Cornelio P. Moyano dirigió una nota al Presidente de la Comisión Protectora, en una nueva tentativa de llevar a buen puerto la jaqueada institución. En dicha misiva, Moyano relata su prominente rol en el proceso de creación y se refiere a las dificultades que fueron boicoteando aquello que había nacido en 1910.
Según su versión de los hechos, dos educacionistas miembros de la Asociación se negaron a donar libros e “impidieron por medios que no escasearon, que se reuniese la comisión directiva”. Pese a este escollo, da cuenta de que no abandonó su empeño en impulsar la institución, consiguiendo tras asiduo trabajo y gastos particulares la autorización de los estatutos y la personería jurídica.
Pero ese esfuerzo, según detalla, no era suficiente frente a la falta de dinero en la Asociación, el fallecimiento del señor Pdte. Concha y las infructuosas tentativas para reunir la Comisión Directiva fundadora. Por lo tanto, solicitó que se interviniera para el nombramiento de una comisión ad-hoc de vecinos, la cual procedería a la reorganización definitiva, pudiendo de ese modo abrir al público.
El 5 de diciembre de 1920 tuvo lugar una reunión de vecinos con propósito de nombrar la Comisión Directiva. Según se informó en la prensa provincial, la nueva comisión se propuso entregar al servicio público la Biblioteca, tan pronto como se instale en un local céntrico y adecuado, ajustándose estrictamente a los estatutos autorizados por el Gobierno de la Provincia, quien le reconoció su personería jurídica.
En 26 de septiembre de 1923, se comunica al señor Enrique Albarracín, Inspector Nacional de Bibliotecas Populares, que el día 25 de dicho mes quedó conformada una nueva comisión de la Biblioteca “Juan de Dios Escobar”, en una asamblea de la que participaron docentes y vecinos del pueblo.
En 1930 fue elegida una nueva Comisión Directiva. El corresponsal de La Reforma comentó al respecto: “es de suponer y así lo esperamos, que las nuevas autoridades reorganizarán como corresponde esta importante institución, que por más de un año ha permanecido en el más completo abandono administrativo”.
Un informe oficial realizado en función de una inspección efectuada el 18 de agosto de 1938, da cuenta de que la Biblioteca “se encuentra organizada y funciona de acuerdo a las exigencias contenidas en las disposiciones legales en vigencia”. En dicho documento figura que los recursos con los que se sostenía esta institución eran las cuotas sociales y subsidios.
Para ese entonces la entidad contaba con 3.548 volúmenes y 2.320 folletos, los cuales podían ser consultados en el lugar de 15:00 a 19:00hs. También estaban disponibles para ser prestados a domicilio. Por otro lado, si bien se informa que aún funcionaba en un edificio alquilado, se aclara que “en breve se trasladará a su local propio”.
Y efectivamente, antes de 1940, ya había sido inaugurado el flamante edificio de la Biblioteca Popular, siendo presidente de la institución el Dr. Agustín U. Montiveros. El 11 de febrero de 1942 se realizó un importante acto donde el Profesor Cornelio P. Moyano, Presidente de la Comisión Municipal en dicho año, entregó una placa en la que se homenajeaba a los maestros “fundadores de la cultura” de este pueblo.
La misma continúa situada en la fachada de este edificio, ubicado en la Banda Norte de San Francisco del Monte de Oro, sobre calle Belgrano, entre Sarmiento y Alberdi. Guarda en su recinto interior no solo numerosos libros históricos y elementos antiquísimos (entre los que se destaca una prensa), sino también una larga historia de luchas, avances y retrocesos no siempre conocida y valorada.

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