En un fin de semana convulsionado en el ámbito deportivo, donde la comunidad de Quines se volcó a las calles a disfrutar del colorido inigualable de la fiesta del rally y mientras los flashes y los micrófonos se dirigieron de manera inequívoca y unánimemente hacia esa dirección, ellas (como cada vez que les toca competir) tuvieron que atravesar los “primes” más complicados.
Por eso, el ruido no debe tapar sus pequeñas grandes hazañas. Por eso, en las tapas deportivas del Norte Puntano de este fin de semana no deben faltar ellas.
Porque cuando el ruido empieza a acallarse y como dice el poeta catalán “la fiesta se acaba”, en lo mágico del silencio tienen que empezar a hacernos ruido otras cosas.
Tiene que hacernos ruido que los ojos, los flashes, los micrófonos, los aplausos, y los fondos no vayan para ellas.
A ella. A la que no se queda con que no se puede y hace de cada dificultad un desafío para demostrar que le sobran capacidades para lograrlo.
O a ella. La que no solo tiene que preocuparse en entrenarse todo el día y planificar una pelea, sino que debe, a la vez, vender números de rifa y apelar al milagro de conseguir algún sponsor salvador que sobre la hora le permita viajar.
Por eso en un fin de semana lleno de deporte por todos lados, en nortepuntano.com a Analuz y Normita no las tapa el ruido y ellas son tapa.
Porque desde que decidimos fundar este diario, también decidimos en qué lugar pararnos.
Por eso, revoleamos la remera al costado del camino de ellas, aunque ello implique menos clicks.
Y por eso nos rendimos a los pies de las que no se rinden, cuando no le tocan las mejores cartas.
Porque aún en pleno siglo XXI ser mujer y deportista no es fácil.
Y si a eso le sumas que no practicas un deporte masivo, es más complicado.
Y si en el reparto de cartas te toca nacer en cuna humilde. O tener que pelearla desde tu discapacidad, ni te cuento.
Y si pese a eso, y a que encima no tenés dinero ni apoyo, no bajas los brazos. Ya sos una ganadora.
Por eso… ¿Cómo no vas aguantar en el ring o en la jaula que te peguen, si ya la vida te cagó a piñas un par de veces y no pudo voltearte? Si es más difícil llegar a Buenos Aires a pelear, que la pelea en sí misma. Por eso Normita va, gana y vuelve. Y la vida es un poco más justa (por un rato).
Por eso… ¿Cómo no vas a seguir corriendo, si los límites te los viene poniendo muchas veces la sociedad en la que vivis, y adentro de la pista te sentís libre? Por eso Analuz va, gana y vuelve. Y la vida es un poco más justa (por un rato).
Claro que todo sería más justo si las Normitas y las Analuz recibieran el apoyo que se merecen.
Porque más allá de los ruidos, de los flashes, los micrófonos, los aplausos y la parafernalia, ellas nos demostraron este fin de semana que lo verdaderamente importante de la vida está en otro lado.
Lo de ellas se llama superación y resiliencia. Y ante eso, no queda más que aplaudir.
Y ojalá que muchos quinenses, todavía sumergidos en la pasión por el deporte, –hoy mismo- vayan y le den una muestra de apoyo a guerreras como Normita y Analuz.
Sería un buen comienzo. O un final con beso.
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