
En su día, Estefanía de Torres nos permite conocer sobre el surgimiento de su vocación, las características de la profesión, las cosas felices de su trabajo y como estos tiempos de pandemia pueden afectarnos, en una charla sin desperdicio.
Hoy, como cada 13 de octubre, se celebra el Día Nacional del Psicólogo en Argentina. Esta fecha se eligió en conmemoración a que del 11 al 13 de octubre de 1974 la Confederación de Psicólogos de la República Argentina convocó al primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. El objetivo era constituir esta profesión como una disciplina específica y con una identidad propia dentro de la rama de la medicina.
Para dialogar de distintos aspectos relacionados con la profesión, entrevistamos a la Licenciada Estefanía de Torres, reconocida psicóloga quinense.
¿Cómo surgió tu vocación?
Recuerdo que durante la secundaria, tenía varias carreras en mente, un abanico de opciones, siempre me gustaron los deportes y los idiomas, pero a la hora de pensar en lo que quería ser, me identificaba más con profesiones relacionadas a un perfil asistencial, con la mirada puesta en ayudar al otro. Recuerdo que entre tantas opciones, psicología siempre se ganaba el primer lugar. Igualmente cuando curse el último año de la secundaria, mis padres que siempre estuvieron y están incondicionalmente para mí, me dieron la posibilidad de realizar orientación vocacional, en ese momento en la zona no había psicólogos, por lo que durante varios viernes viajé a Córdoba y los sábados asistía a orientación vocacional, obtuve muchas herramientas y recursos, fue de gran ayuda para estar aún más segura de mi decisión y reconfirmar la elección. A los pocos meses, con mucho entusiasmo me inscribí en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, lugar en el que felizmente me gradué.
¿Hace cuánto que sos psicóloga?
Hace casi 10 años que soy psicóloga, afortunada e increíblemente en marzo del 2021 celebraré una década de esta hermosa y gratificante profesión, la cual disfruto a cada instante.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Que difícil elegir, creo que cuando uno ama lo que hace, el trabajo se convierte en una pasión que te permite disfrutar, sentirte feliz, te motiva a capacitarte y perfeccionarte. Me alegro con la llegada de cada paciente nuevo, cuando es el momento de dar un alta luego de meses o inclusive años de tratamiento, cuando el paciente evoluciona favorablemente. Hay pacientes que te llegan al alma. También disfruto de la sonrisa que me regalan luego de minutos de llantos que estremecen. Guardo en mí, abrazos que han llegado a mis entrañas, me gustan los “puedo volver mañana” o los “me quiero quedar muchas horas” de algún niño/a que finaliza su sesión. Además disfruto mucho trabajando con los adolescentes, dando charlas psicoeducativas, o desarrollando talleres. La gratitud de mis pacientes y saber que desde mi lugar puedo contribuir al bienestar, me llena de satisfacciones.
En nuestro país ir a terapia es muy común y está tan naturalizado como cualquier otra actividad, algo que no sucede en todos los puntos del mundo. ¿En nuestra zona es así?
En función de mi experiencia profesional, podría decirte que actualmente es así, hay una gran demanda, la necesidad y el deseo de pedir ayuda, está sumamente instalado en nuestra zona y crece cada vez más. Recibo muchas derivaciones de profesionales de la salud como cardiólogos, pediatras, endocrinólogos, ginecólogos, psicopedagogos, también de otros ámbitos como el escolar, judicial, lo cual demuestra que en general, hoy en día, la psicología es mucho más valorada, reconocida y ocupa un lugar central en nuestra sociedad y en la vida de las personas.
¿Ante qué situaciones suele acudir la gente a terapia?
Si tenemos en cuenta que la psicología es una ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales de los seres humanos, es decir, como actuamos, pensamos, sentimos, podría decirte entonces que está relacionada y la encontramos en todos los ámbitos de nuestra vida, a lo que voy con esto, es que nuestro campo laboral y de acción es sumamente amplio, podría mencionarte un sinfín de motivos de consultas, pero por mi formación profesional, trabajo principalmente con niños, adolescentes y adultos, en menor medida con personas de la tercera edad o gerontes y las consultas más recurrentes son por trastornos de ansiedad, trastornos alimenticios, disfuncionalidad familiar, conductas autolesivas, estrés, trastornos y problemas de conductas, trastornos por ansiedad de separación, depresión, por duelos no resueltos, conflictos de pareja y familia, por situaciones de violencia en diferentes ámbitos, por orientación vocacional entre otros.
¿Cuál consideras que es el principal obstáculo para que una persona se acerque a un psicólogo en busca de ayuda?
No es fácil trabajar con el sufrimiento, el malestar o dolencia psíquica de las personas y reconozco la valentía que tienen aquellos que admiten que solos no pueden y solicitan ayuda. Muchas veces los obstáculos están relacionados con los miedos, con la resistencia, la negación de la problemática, también en ocasiones depende de los recursos o acompañamiento de su contexto familiar, social y de sus vínculos inmediatos.
¿Qué tan importante es la ética en un psicólogo?
La ética lo es todo, es nuestra guía incuestionable a la hora de llevar a cabo nuestro trabajo, dentro del Código de Ética profesional encontramos todas aquellas normas, reglas y principios que hacen o regulan nuestra conducta profesional, por ejemplo te menciono algunas, como la importancia de respetar la privacidad, confidencialidad y toda información o datos del paciente, por eso se habla de lo quizás conocen como el “secreto profesional”, a su vez la ética también implica ser competente prestando servicios en función de una formación, estudio, supervisión y capacitación permanente, poder trabajar en equipo con otros profesionales, entre muchísimas otras normas.
¿Puede un psicólogo ayudar a alguien que no quiere ser ayudado?
Es difícil, hay una diferencia muy grande entre el querer y el tener, no es lo mismo hacer algo por obligación, que desearlo, elegirlo o simplemente querer hacerlo. Si no existe un pedido de ayuda, un deseo de dejarse ayudar, el psicólogo no tiene prácticamente posibilidad de actuar.
¿Qué deberíamos tener presente para saber si el aislamiento está afectando a nuestra salud mental?
Es evidente que ante esta situación de confinamiento, todos reaccionamos y respondemos de una manera diferente y cada uno lo enfrenta con los recursos y herramientas que tenga. Ante estos momentos de tanta tensión, incertidumbre, inestabilidad y malestar, es posible que se experimenten miedos, cambios de humor, ansiedad, angustia, irritabilidad, enojo, peleas e incluso violencia, es importante identificarlo y estar atentos para que no nos veamos desbordados, bloqueados o paralizados ante esta situación y que tengamos capacidades de afrontamiento y adaptación exitosa.
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