Rodrigo Ortiz ganó un concurso y forma parte, en la actualidad, de un programa de jóvenes artistas de la ópera de Roma donde tiene un contrato por dos años. Cantó con Andrea Bocelli y participó en una película que acaba de estrenarse en Italia. Está viviendo un gran presente pero no se olvida de sus orígenes. En esta entrevista habla de su vida en Roma, de sus proyectos, pero también de sus inicios y de sus recuerdos de San Francisco del Monte de Oro.
Por Mauricio Gutvay
Cuando lo vi en la RAI cantando junto a Andrea Bocelli, pensé que me enorgullecería entrevistarlo. Iba a ser complicado, pero las nuevas tecnologías permitieron acortar distancias y adaptándonos a las diferencias horarias y a su apretada agenda pude conversar con este sanfrancisqueño que supo abrirse camino a fuerza de talento y perseverancia, que enfrentó desafíos con voluntad inquebrantable y que demuestra en cada palabra gran claridad conceptual y honestidad intelectual.
Rodrigo accedió sin dudar a que lo entrevistara para Norte Puntano, unos días después de su momento quizás de mayor exposición, cuando en el teatro de la Opera de Roma, el tenor de San Francisco mostró todo su talento.
Acompañados por la “Orquesta Interforce” interpretó el himno de Italia al cumplirse 150 años del momento en que Roma fue declarada capital del país. Además del Himno, Rodrigo junto a Andrea Bocelli y otros tres intérpretes entonaron el Himno de la Unión Europea.
El evento que fue televisado al mundo por la RAI contó entre el público al Jefe de Estado de Italia, Sergio Mattarella, entre otros funcionarios y personalidades destacadas del país.
Rodrigo Ortiz está afincado en Roma y es, en la actualidad, un tenor con gran proyección internacional. En su niñez cuenta con orgullo que fue alumno de don Dante Lucero en su escuelita de guitarra.
¿Cómo llegas a formar parte de la Ópera de Roma?
El año pasado fui uno de los ganadores del concurso para formar parte de “Fabbrica”, qué es el programa de jóvenes artistas de la ópera de Roma. Es un programa que se creó hace cinco años y este concurso para armar el elenco lo hacen cada dos años. Ellos se toman casi 10 meses para elegir a todo el equipo: es un equipo de nueve cantantes, un diseñador de luces, una directora de escena, un escenógrafo y tienen la administración y un grupo creativo. Yo me presenté a fines de enero o inicios de febrero; apliqué para la solicitud enviando dos grabaciones en video de dos arias de ópera de distintos periodos. En marzo me notificaron que había sido preseleccionado y que pasaba la ronda semifinal. Así que tuve la audición el 19 de junio, superé la semifinal cantando un aria de ópera frente a un jurado en la sala principal de la ópera de Roma. Pasé a la final. En la final, canté otras dos arias y pasé la instancia final y llegué a la última prueba que era un coloquio con el jurado. Así que terminé mis evaluaciones ahí y un mes después me confirmaron que había sido seleccionado. Eligieron a tres sopranos, dos mezzosopranos, un bajo, un barítono bajo y dos tenores dentro de los cuales estoy yo. Es una selección que se hizo de entre 640 solicitudes de distintas partes del mundo. Por ese motivo el mes pasado en enero el 9 de enero comenzamos con este desafío, tenemos un contrato por dos años en el teatro.
Esto te llevó a cantar, hace unos días, junto a Andrea Bocelli.
Claro. La celebración se hizo allí porque el teatro de la capital es la Ópera de Roma y bueno por esa razón fui convocado para este evento y llegué a compartir el escenario con Andrea Bocelli.
¿Qué sensaciones tuviste en ese momento?
Por un lado, es una alegría y también lo sentí como parte del trabajo. Es un trabajo muy duro, muy exigente pero que también te brinda satisfacciones. Creo que esto debe ocurrir en cualquier profesión, cuando el trabajo se hace bien, cuando ves resultados sobre tu trabajo, es muy lindo. Yo me lo tomé una forma muy muy natural, sinceramente. Pero después que se publicaron esas cosas y empecé a ver un montón de reacciones en las redes sociales de gente que conocí en San Luis, algunas notas que salieron, gente que lo empezó a compartir y mensajes que me llegaban de gente que conocía, e incluso de gente que había perdido de vista, eso le dio otra importancia.
Es que verte ahí, parado al lado de Bocelli, cantando ante las autoridades italianas, fue impactante.
Tengo un amigo, al que quiero mucho, que me llamó recordándome cuando escuchábamos algunos discos e incluso yo había cantado algunas canciones de Bocelli y me dijo “Mirá ahora, verte ahí parado al lado de él, cantando juntos”. Bueno, la sensación más linda vino después, porque a veces uno trabaja, trabaja y trabaja y, quizás, no te das cuenta de las cosas que vas haciendo porque siempre vivis el día a día. Pero fue una sensación linda del momento y fue mucho más linda después cuando vi lo que eso había generado.
¿Cómo es un día de tu vida en Roma, Rodrigo?
Hay una cosa maravillosa para mí y es que ningún día es igual al otro. Soy una persona que no podría hacer todos los días exactamente lo mismo, me hace mal. En el teatro a mí todos los viernes me llega un mail con la convocatoria y el orden de trabajo de la semana siguiente, así es que todas las semanas son distintas, todos los días son distintos y hay días que estoy muchas, pero muchas, horas en el teatro y hay días que estoy menos tiempo.
Igual imagino que sin despegarte de la música.
Yo estudio todos los días. Esto lo he hecho siempre, desde muy chico. En el teatro estoy haciendo ensayos, trabajando con distintos maestros, estudiando y manteniendo el instrumento, haciendo técnica vocal también sólo. Tengo también fuera del teatro a mi maestra, que es la gran maestra Mirella Parutto, que tiene 84 años y toda la sabiduría de la vieja escuela de ópera italiana de los años dorados; así que trabajo mucho con ella también.
Y fuera del ámbito de la música ¿Qué hacés?
Me gusta mucho salir a caminar. Roma en ese sentido es un museo a cielo abierto y también hay espacios verdes muy bonitos. Es todo muy artístico, hay mucha belleza. Gracias a Dios mis días son siempre distintos, no son jamás iguales. Así que estoy trabajando, estoy estudiando y cuando no estoy haciendo eso salgo a caminar y camino mucho. Hay una cosa que me gusta y es caminar muchos kilómetros. Digamos que soy un buen caminador.
¿Qué proyectos tenés a futuro?
Hay una cosa que acaba de suceder en estos días. Se acaba de estrenar la película “Gli anni più belli” que quiere decir “Los años más bellos”, de Gabriele Muccino, que es un gran director de cine y hay una escena en la que yo tuve una participación. Fui convocado para interpretar en la película el área E lucevan le stelle, de la ópera Tosca de Puccini.
Felicitaciones, otro motivo de orgullo para San Francisco y el Norte Puntano. Y en cuanto al teatro, ¿qué viene?
En cuanto al teatro, una cosa que puedo adelantar es que tienen un proyecto que se llama “opera camión” en donde van con un gran camión que después se transforma en escenografía y en escenario en distintos lugares al aire libre y hacen una ópera. El próximo proyecto de ópera camión es La tosca de Puccini y me han dado el rol principal: el tenor protagonista y si Dios quiere en un par de meses ya vamos a estrenar eso en distintos lugares de Italia acompañado por la Orquesta Sinfónica del Teatro de la Ópera de Roma. También hay toda una serie de audiciones y de conciertos para hacer dentro y fuera del teatro.
¿Qué recordás de San Francisco del Monte de Oro?
En San Francisco del Monte de Oro hay cosas que me marcaron mucho. Yo recuerdo y extraño todos los días a mi abuelo. Uno de mis abuelos, ya fallecido, vivió en San Francisco y pasó sus últimos días ahí. Le decían “el negro” Ortiz. Esos últimos años que vivió allí fueron los años en los que yo me vinculé con él y es de los que tengo todos esos primeros recuerdos de San Francisco. Recuerdo la escuela cuando era pibe, algunos compañeros, algunos maestros, algunas personas que fueron importantes para mí. Recuerdo lugares donde viví. El paisaje, mi familia. Esa vida de pueblo. En esos momentos parecía que el mundo tenía dos grandes límites que eran la ruta y el río y todo sucedía ahí en ese en ese micromundo. Fueron años muy lindos y muy particulares; una vida muy conectada a la naturaleza. Pero quizás lo más importantes fue que mi camino musical se inició ahí y, dentro de eso, una de las cosas más maravillosas que me han pasado en la vida fue compartir parte de mi infancia y de mi primera adolescencia con don Dante Lucero.
¿Quién fue Dante Lucero para Rodrigo Ortiz?
Fue mi maestro, fue la persona que me enseñó las primeras canciones, a tocar la guitarra, a cantar. Fue la persona que me puso en un escenario por primera vez cuando tenía 8 años en la Fiesta del Gaucho que se hacía en San Francisco. Dante Lucero tenía un alma inmensa. Además de la música y de la poesía, con él aprendíamos valores, aprendíamos educación. Es un ser para mí extraordinario e ineludible para mi vida, yo lo llevo siempre en mi mente y en mi corazón. San Francisco me vínculo con este primer maestro que fue Don Dante Lucero.
¿Qué mensaje podés dejarle a aquellos que se alegran de tus éxitos a la distancia?
Un agradecimiento enorme. Hubo alguien que una vez dijo: “para ver conmiseración con una persona que está pasando un momento difícil hay que tener cierta sensibilidad, pero para alegrarse por las cosas buenas que le pasan a otro hay que tener una naturaleza mucho más sensible”. Así que tengo un profundo agradecimiento. Me siento muy afortunado porque en mi vida en San Luis siempre recibí muchísimo apoyo. Porque aunque tenemos una enorme carencia de educación artística, sin embargo yo encontré una provincia que siempre me acompañó, que siempre me apoyó. Yo recuerdo que desde el año 2009 que empecé a hacer algunos viajes siempre conté con el apoyo de la provincia a través del Gobierno, a través de la Universidad de la Punta, donde ocupé un lugar docente durante algunos años. Creo que, en ese sentido, una de las cosas más afortunadas que me han pasado es ser puntano y ahí hay un sin número de personas que me han ayudado, que me han acompañado y qué han hecho todo lo posible para que yo pudiera, al menos, lograr enfrentar los desafíos que tenía y sobre eso lo más importante es ser consciente de que uno solo no logra nada. Así que le ruego a Dios que lo que pueda hacer en mi vida -sea poco o sea mucho- pueda ser una linda devolución para las personas que han creído en mí, que creen en mí y que me desean el bien. Eso es maravilloso y es una cosa muy poderosa. Así que solamente un profundo agradecimiento y un enorme deseo de que Dios los bendiga.
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