El Diablo, a pura garra, se quedó con la primera final

Lo perdía 0-2 pero en el segundo tiempo logró imponerse para darlo a vuelta por 3-2. Daniel Ochoa nuevamente fue clave.

El Celestino Gatica de Santa María se vistió de fiesta para recibir la primera final entre Candelaria Rojo y San Martin. Con la presencia de diferentes autoridades y la música en vivo de la banda “Chicanos” se vivió una previa interesante, acompañada por el color de las hinchadas.

Hubo un pequeño acto que comenzó con el Himno Nacional para luego dar lugar a las palabras alusivas del presidente de la liga del Valle del Conlara Marcelo Demarchi, la Secretaria de Deportes de la Municipalidad de Quines Antonella Macias, el Presidente de Candelaria Rojo Roly Gómez y el Presidente del club Santa Maria Jorge Ulloa.

El Partido

El Ingreso a la cancha de ambos equipos fue acompañado por el fervor de ambas hinchadas que coparon el estadio de Santa Maria.

En el primer tiempo, se pudo ver un San Martín un poco más ordenado, mientras que Candelaria Rojo no lograba encontrar su juego. Fue así, que en esas condiciones, los “Santos” lograron anotar en dos ocasiones tras aprovechas algunos descuidos defensivos de los locales. Fue Cristian Pereyra (9) quien se encargo de mandar la pelota dos veces a la red para que San Martín se fuera al descanso 2-0 arriba.

Para el segundo tiempo, la historia fue totalmente distinta. Se evidenció un cambio de actitud en Candelaria Rojo que, como si le hubieran tocado el orgullo, salió a la cancha dispuesto a llevarse por delante a los visitantes.

Y con mucha garra y convicción “Los Diablos” se acercaron con peligro al arco visitante. Y con dos goles de tiro libre de Daniel Ochoa puso en igualdad el marcador. Igualdad que se rompería después tras un golazo de Mario “El Dengue” Agüero para sellar la victoria de Diablos Rojos frente a San Martín por 3-2.

De esta manera, el conjunto de Candelaria logró una épica remontada y le.rompió el invicto al albirrojo de San Martín que deberá hacer pesar la localía en el próximo partido si no quiere que el campeonaro se le escape de las manos.