
En una emotiva jornada, decenas de ejemplares de esta especie en peligro de extinción regresaron a su hábitat natural. La actividad reunió a diversas instituciones comprometidas con la conservación.
Este jueves al mediodía, el Parque Nacional Sierra de las Quijadas fue escenario de una escena conmovedora: decenas de cardenales amarillos, una de las aves más amenazadas del país, fueron liberados tras un proceso de recuperación que demandó más de un año de cuidados intensivos.
El evento fue llevado a cabo por la Agencia de Parques Nacionales (APN), en conjunto con la Fundación Temaikén, Aves Argentinas, la Alianza Cardenal Amarillo, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de San Luis, y la Dirección de Recursos Naturales y Fiscalización de Entre Ríos.
La liberación fue encabezada por el intendente del parque, Bruno Gil; el coordinador del área, Juan Garro; la titular del proyecto Cardenal Amarillo de Fundación Temaikén, Alicia De La Colina; la coordinadora del mismo proyecto, Rocío Lapido; y la subdirectora de Áreas Naturales Protegidas y Parques Provinciales, Giuliana Torti.
Los ejemplares habían sido rescatados por la Prefectura Naval Argentina en 2023, cuando se logró frustrar un intento de tráfico ilegal que pretendía llevar 95 aves hacinadas en una camioneta hacia el exterior. De ese grupo, 45 fueron confiados a la Fundación Temaikén, donde atravesaron un riguroso proceso de rehabilitación física y comportamental.
Los estudios genéticos realizados demostraron que los cardenales provenían de San Luis, lo que motivó su liberación en territorio puntano. La primera tanda, de 23 aves, fue liberada en noviembre de 2024 en el Área Natural Protegida Privada La Siempre Viva. Esta segunda liberación se realizó en el Parque Nacional Sierra de las Quijadas, único parque nacional dentro de la provincia, marcando un nuevo hito en la recuperación de la especie.
El cardenal amarillo es un ave cantora de plumaje vistoso, endémica de Sudamérica, cuya mayor población silvestre se encuentra en Argentina. Sin embargo, la especie enfrenta un alarmante declive por el tráfico ilegal y la pérdida de hábitat. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza estima que quedan menos de 2.000 ejemplares adultos en libertad.
Cada liberación, como la vivida este 24 de abril, representa un paso firme hacia la recuperación de una especie que simboliza la riqueza natural del país y el compromiso de quienes luchan por conservarla.
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