Por medio de la presente, quisiera hacerles llegar mi clara y concreta posición en lo que respecta a la temática «aborto», tema sobre el que se está discutiendo a lo largo y a lo ancho del país e incluso en nuestra provincia.-
Comienzo dejando sentado mi rotunda oposición a que se realicen maniobras abortivas, bajo cualquier circunstancia, tal cual expresara en mi campaña política del año 2019 y con ello refuerzo mi posición de la palabra empeñada.- .
Se dicen y se gritan muchos motivos que de una y otra manera buscan darle una vuelta a la cuestión, para que se termine por aceptar completa o parcialmente el aborto. En la falta de lógica abortista vemos que hablan de abortar para erradicar la pobreza: pero en vez de erradicar la pobreza erradican al ser humano; hablan de abortar si hay violación, pero al que mandan a muerte es al bebito y no al violador. Podríamos liquidar uno a uno los falsos argumentos lanzados por los pro abortistas. Muchos opinan pareciendo no entender de qué se trata. Y se trata ni más ni menos de una vida humana; de la vida humana del más indefenso de los seres humanos: el ser humano en gestación. Y la vida humana es inviolable.
Si uno se opone al aborto, no faltan quienes lo tildan de retrógrado. Estas personas, en verdad, no saben bien de qué hablan. Los avances más rigurosos en genética y biología, han dicho claramente que hay vida humana desde la concepción. En la unión entre el esperma y un óvulo, queda ya determinada toda la información genética de un nuevo ser humano, lo que se conoce como ADN. Estamos entonces (lo dice la ciencia más avanzada) en presencia de un nuevo ser humano, totalmente distinto de la madre. Por eso cuando se dicen que el ser humano concebido es parte del cuerpo de la madre, se está cometiendo un gran error. Nadie jamás vio a una mujer con cuatro piernas, cuatro brazos y dos cabezas. Si hay dos brazos más, si hay dos piernas más, si hay una cabeza más, ¿no será que son todas partes de un nuevo ser? Esto es sentido común y lógica pura.
No sólo el sentido común, no solo la ciencia defiende la vida humana, sino que también lo hace el derecho. En virtud del artículo 75 inc. 22 nuestro país adhiere a tratados internacionales, los cuales tienen jerarquía constitucional. Y en ellos se defiende la vida humana desde la concepción en el vientre materno. En la Convención sobre los Derechos del Niño y por la adhesión Ley 23.849, nuestro país expresa: “Art. 2: Con relación al artículo 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, la República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad”.
Por último, agrego algo más: el Preámbulo de la Constitución Nacional dice que “Dios es la fuente de toda razón y justicia”. Como católico y en claro respeto a Dios, entiendo que el aborto implica una nefasta violación al precepto “no matarás”, y, por tanto, en la matanza del más indefenso ser humano, veo una terrible ofensa al Creador, único dueño indiscutible de toda vida. Si Esa fuente de razón y justicia dice blanco, no veo para nada razonable –sino todo lo contrario- que el hombre endiosado venga ahora a decir negro.
Todos los que ahora favorecen el aborto; todos los que piden que se legalice el aborto, lo hacen porque tienen vida. Se olvidan que antes estuvieron en la misma situación de muchos a los que ahora se quiere hacer abortar. Se olvidan el no hagas con los demás lo que no quieres que hagan contigo.
Sin otro particular saludo a ud atte.-
Diputado Provincial.-
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