Comenzaron su trabajo el 29 de agosto de 1986. Compartimos el texto escrito por el historiador sanfrancisqueño, Mario Z. Camargo, sobre la génesis y los primeros años de esta institución clave en la vida de la región.
Por Mario Z. Camargo
El 29 de agosto de 1986 ha quedado plasmado en las páginas de la historia local como uno de aquellos momentos donde ciudadanos unían sus voluntades con el objetivo de lograr un bien superior y general para todos. A las 21 de aquella jornada, se efectuó una memorable reunión que marcaría verdaderamente un hito. El encuentro en cuestión, convocado en el local municipal por el Intendente Don Ignacio Guiñazú, tenía como finalidad discutir la posibilidad de formar un grupo de Bomberos Voluntarios en San Francisco del Monte de Oro.
Según consta en acta fundacional, luego de las palabras iniciales del jefe comunal, intervino ante la atenta escucha de los numerosos invitados, el Sr. Santiago Eduardo Roccato: Diplomado en el curso básico de capacitación profesional, dictado por Defensa Civil de la Provincia y Dirección General de Bomberos de la Policía de San Luis. Junto al Sr. Oscar Camargo, era una de las personas más idóneas allí presentes. En la alocución, destacando la importancia de la iniciativa, Roccato resaltó la imperiosa necesidad que tenía la población de contar con un cuerpo de esta naturaleza.
Según apeló en su discurso, se requería de un grupo que por su organización, elemento y capacitación pudiera intervenir rápida y eficazmente en casos de siniestros, incendios y otros tipos de auxilios que requerían personal especializado. Esto, teniendo en cuenta también los riesgos que podrían ocasionar la radicación industrial en la zona y las grandes fábricas de artesanía maderera, ya ubicadas en la localidad. Además, mencionó las diversas actividades sociales, deportivas y culturales que se podían realizar a través de esta institución.
La iniciativa fue compartida con beneplácito por los presentes, quienes, en un intercambio de opiniones e inquietudes, ofrecieron la amplia colaboración para la concreción de este objetivo, llegando a un acuerdo unánime. Dejaron también constancia de que a posteriori de obtener los estatutos para la formación legal del cuerpo, se procederá a los ajustes y modificaciones pertinentes al mismo. De inmediato, se dispuso conformar la comisión directiva, saludada con un caluroso aplauso, lo que expresó la emoción y la conformidad de lo resuelto.
Presidente: Sr. Felix Luciano Gómez; Vice-Presidente: Héctor Zambrano; Secretario: Santiago Eduardo Roccato; Pro-Secretario: José Alberto Zeballos; Tesorero: Juan Carlos Escudero; Pro-Tesorero: Corcino Contreras; 1er Vocal Titular: Julio A. Silva; 2do Vocal Titular: José M. Flores; 3er Vocal Titular: Jesús J. Alaniz; 4to Vocal Titular: Eulalio Astudillo; 5to Vocal Titulas: Ricardo Guiñazú; 1er Vocal Suplente: Jorge A. Zeballos; 2do Vocal Suplente: Toribio H. Jofre; 3er Vocal Suplente: Carlos R. Lucero; 4to Vocal Suplente: Ángel Agüero; Secretario de Actas: Marcelo Lucero; Revisor de Cuentas: Juan Carlos Ojeda.
Miembros Honorarios:
Presidente: Davorín Sepak
Vice-Presidente: Hortencio Mendoza
Secretario y Asesor Jurídico: Ignacio Quevedo
Tesorero: Fredo Bustos
Durante el primer año desde su fundación, la entidad tuvo que sortear distintos desafíos para su efectivo funcionamiento. Durante 1987, a pesar de no contar con elementos de suma necesidad para intervenir en siniestros, el Cuerpo Activo estaba conformado por comprometidas personas que, demostrando voluntad y sacrificio, intervinieron eficazmente en las circunstancias en las que fueron convocadas. Su jefe instructor fue el mencionado Santiago Eduardo Roccato, figura clave en esta etapa inicial de la institución bomberil, tal como se ha reflejado en actas.
En 1988 se anuncia la donación, por parte de la Subsecretaria de Estado de Salud Pública de la Provincia, de un vehículo marca rastrojero doble cabina, modelo 1974. Durante el año, no hubo actividad de la Comisión Directiva por distintas razones. No obstante, el abnegado personal del Cuerpo Activo, con el Sr. Santiago Roccato a la cabeza, se mantuvo siempre alerta, interviniendo en distintos siniestros producidos en la zona. Dentro de sus posibilidades, con demostraciones como está, quedaba claro que dicho cuerpo realmente se encontraba al servicio de la comunidad.
En 1989, de igual modo que en el año anterior, no hubo actividad a nivel comisión por razones de fuerza mayor. Pero sí en cambio el Cuerpo Activo realizo distintas colaboraciones, tales como búsqueda de niños perdidos en Río Juan Gómez y también en Pozo del Molle. A estas situaciones se sumaron otras intervenciones en hechos que conciernen a la actividad de este Cuerpo Activo, dentro de los medios que poseía. Siempre a cargo de estos operativos, el Sr. Roccato. El año siguiente marcaría un segundo hito en la historia de la institución.
Si bien desde un principio el Cuerpo Activo había actuado en numerosas oportunidades, haciéndose también presente en eventos públicos y desfiles, formalmente su puesta en funcionamiento se dispuso para el 2 de septiembre de 1990. A las 11 horas de ese día, en la Plaza Pringles, se realizó el acto previsto, donde se inauguró oficialmente a este Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios. Así también, por resolución de la Comisión Directiva, se le otorgó el grado de Sub Comisario al Sr. Santiago E. Roccato, designándolo como jefe del cuerpo.
Fuente: http://historiadesanfranciscodelmontedeoro.blogspot.com/
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS