Ubicada sobre calle Sarmiento, frente a la Plaza Pringles, es un ícono en la zona céntrica del pueblo, desde hace más de un siglo. Conocé su historia.
Por Mario Z. Camargo
La edificación de un nuevo templo al otro lado del Río San Francisco, zona hoy conocida como Banda Norte, fue encargada en 1858 por el Gobernador de San Luis, Don Justo Daract. No obstante la ejecución de dicho proyecto, a cargo del Presbítero Emeterio Lucero y notables vecinos, fue demorada en numerosas oportunidades. Entre las razones que se esgrimen, figura la guerra del Paraguay y la posterior rebelión cuyana.
Tal es así que la construcción se concretó, casi en su totalidad, recién hacia el año 1909, bajo el impulso del Padre Manuel Beltrán, quien fuera Vicario del Departamento Ayacucho e “iniciador y palanca más fuerte de dicha obra”. Esto tampoco hubiera sido posible sin la devota labor de la Comisión “Pro-Templo”, conformada dos años antes en una reunión de damas efectuada en la casa de Demofila Concha. Fue designada madrina para la inauguración Coloma Tello.
Las obras restantes fueron realizadas en sucesivos años gracias a la tarea de distintas comisiones. En 1919 el párroco Juan Peñalva manifestó el deseo de que se aunaran voluntades y esfuerzos para la terminación definitiva del templo. Su “aspecto trunco y ruinoso desdice de la cultura y progreso ganado por este pueblo”, según se expresaba en ese entonces. Atendiendo a dicha exhortación, se creó una comisión presidida por Rosenda Quiroga.
En 1926 el Dr. Juan José Miguez Iñarra, abnegado médico entrerriano, donó el comulgatorio para el templo, en nombre de su hija Estela. Así lo refleja un documento ampliamente difundido por la Parroquia San Francisco de Asís, donde se destaca el aporte del heroico médico, que falleció en la epidemia de 1932.
Por su parte, en 1939, el Dr. Agustín U. Montiveros, oriundo de Quines y su esposa María Delia Gatica, escritora nacida en Luján, donaron a la Iglesia la pila bautismal. Esta fue bendecida por el padre Gonzalo Gonzales y se usó por vez primera en el bautismo de Gustavo Adolfo Pereira.
En 1979 se entronizó la imagen de la Virgen de Lourdes, en la gruta de piedra erigida al costado del edificio. Fue obra de la Comisión Pro-Conservación y Ayuda del templo, que además se empeñó en trabajar para la consecución de una verja en el frente, tal como habían informado a la prensa los miembros de dicha entidad.
En 1984 un vendaval provocó severos daños materiales en la iglesia, como la voladura de un gran sector del techo. Por fortuna no se llegó a afectar ninguna figura del altar principal, aunque ingresó gran cantidad de agua. El fenómeno natural fue uno de los peores que tuvo que soportar el histórico edificio, siendo los costos de reparación también muy elevados.
En 1996 se trasladan a esta Iglesia los restos de Monseñor Luis Zupancic (1912-1993), sacerdote esloveno que ejerció como párroco por más de cuatro décadas, hondamente apreciado por la comunidad en general. Una placa de bronce recopila los hitos más importantes de su existencia, mientras que otra sintetiza el recuerdo de los feligreses.
En 2005 se bendicen las flamantes aulas de catecismo, siendo cura párroco el padre Abel Roberto Arisi. En 2010, año del Bicentenario de la Revolución de Mayo, se erige la torre norte, prácticamente un siglo después de haber quedado inconclusa. Así quedaba finalmente concretada la estructura de esta magnifica iglesia, acorde a como se había ideado.
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| Iglesia Sagrada Familia, fotografiada por José La Vía hacia 1911. |
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