
Gustavo Daniel Agüero, de 40 años, admitió este jueves ante el tribunal haber asesinado a Dora Arce, su pareja y madre de sus hijos, en febrero del año pasado en Quines. El impactante testimonio del acusado, quien pidió perdón a la sociedad, a sus hijos y a su propia familia, fue seguido por el veredicto de prisión perpetua emitido por los jueces José Luis Flores, Hugo Saá Petrino y Fernando Julio De Viana.
La confesión de Agüero llevó a la fiscalía y la defensa a desistir de la presentación de más testigos, acelerando así el paso del juicio hacia los alegatos. El tribunal, tras breves deliberaciones, dictaminó la pena máxima para el imputado, marcando el fin de un proceso judicial que ha mantenido en vilo a la comunidad de Quines desde el trágico suceso.
El dolor se hizo palpable en la sala cuando el hijo de Agüero, Leonel, quien presenció el crimen, fue llamado a declarar. La decisión conjunta de la fiscalía y la defensa de no exponer al joven a una nueva victimización impidió su testimonio, pero no evitó que el acusado rompiera en lágrimas al enfrentar la situación. La confesión y la posterior respuesta afirmativa de Agüero al reconocimiento de autoría sellaron su destino.
La fiscal de Juicio, Virginia Palacios, mantuvo la calificación legal original de “homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género”. Argumentó que la asimetría en la relación de pareja y el predominio del agresor sobre la víctima quedaron evidenciados, respaldando su solicitud de prisión perpetua como única pena posible.
En cambio, la defensa, representada por los abogados Guillermo Sánchez Pagano y Andrés Fernández, cuestionó la calificación de la fiscalía. Sostuvieron que no se demostró la existencia de violencia de género y presentaron evidencia de que la pareja era vista como tranquila por la comunidad. Además, argumentaron que la independencia económica de Dora y la falta de denuncias previas desmentían la asimetría en la relación.
Fernández incluso introdujo la hipótesis de que Agüero actuó bajo una emoción violenta durante una discusión en la que la víctima cuestionó su hombría y paternidad, solicitando una condena de 10 años por “homicidio culposo por el vínculo en estado de emoción violenta”. Además, planteó la inconstitucionalidad de la prisión perpetua, argumentando que Agüero recuperaría la libertad a los 85 años.
Finalmente, los jueces emitieron su veredicto por unanimidad, condenando a Agüero a prisión perpetua, pero sin la agravante de violencia de género. El homicidio ocurrió el 13 de febrero de 2022, cuando Agüero atacó a Dora con un cuchillo en su domicilio, resultando en su muerte por shock hipovolémico. El imputado también se autolesionó durante el incidente.
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