
El suboficial Adolfo Bustos forma parte de la dotación 2023 que está viajando a la más austral e inaccesible de las bases que Argentina opera en su territorio antártico. Conocé cómo se vive en el sitio donde la noche dura cuatro meses y la sensación térmica alcanza a los -70°.
El Suboficial Auxiliar (FAA) Adolfo Domingo Bustos es uno de los 20 miembros de la dotación 2023 que durante un año estará en la más austral de las bases antárticas argentinas, a 1.300 kilómetros del Polo Sur.
Ellos van a estar allí, aislados, hasta que el rompehielos regrese el próximo verano.
Se llama Adolfo Domingo Bustos, pero sus amigos le dicen “Fito” desde pequeño, y es de Luján.
Su vocación lo fue llevando por distintos caminos y en esta oportunidad, hará patria en los confines helados de nuestra nación bicontinental.
En los próximos días, llegará al sitio donde la noche dura cuatro meses y la sensación térmica alcanza a los -70°.
Llegar a la base Antártica Belgrano 2 es una experiencia extrema. Se trata de navegar las gélidas aguas del Mar de Wedell y meterse en el corazón del polo sur. A bordo del Rompehielos Irízar, enormes masas de hielo, tormentas y mares embravecidos son parte de esta aventura para los 20 argentinos que, año tras año, son cuidadosamente seleccionados para invernar en la base más austral que Argentina posee en el continente blanco.
“El jueves, en teoría, zarparía hacía la base conjunta Orcadas a llevar personal por un año a esa base, ahí estaríamos un par de días y luego unos diez días aproximadamente para llegar a la base Belgrano 2”, comenta Bustos.
Es que atravesar todo el mar de Weddell dicen que es una navegación extravagante y distinta a todo lo experimentado alguna vez. Para luego, finalmente arribar al canal costero. Éste es una estrecha franja de agua de mar que se abre entre los hielos permanentes de la barrera terrestre al pie del continente. Por ese estrecho canal navega el Irízar todos los años en el mes de enero, el único momento en que se encuentra navegable y libre de hielos. En invierno se congela por completo.
No hay fauna, no hay flora, ningún vestigio de vida es posible en la Base Belgrano II, donde el lujanense Adolfo Bustos pasará los próximos 12 meses. Todo, absolutamente todo, está congelado desde un tiempo inmemorial.
No verán otras personas durante un año. Pasarán más de 12 meses conviviendo y compartiendo sus vidas entre ellos. Atrás dejaron hijos, esposas, madres, padres, familia, amigos. Un año de innumerables sacrificios sin poder compartir la cotidianidad de la vida con sus familias y afectos,
El equipo está compuesto por personal del Ejercito, Fuerza Aérea, la Marina y científicos del Instituto Antártico Argentino que trabajan en el laboratorio.
Se necesitan un temple y una personalidad muy especiales para poder invernar en Belgrano 2. Quien sea elegido para esa tarea deberá experimentar hechos inéditos que en ningún otro lugar los va a vivir. Uno de ellos es la ausencia del sol y la presencia de la noche total durante los meses de invierno. En Belgrano 2 se viven cuatro meses de noche polar, cuatro meses de día y cuatro de penumbras. La reacción del cuerpo ante estas circunstancias va de la euforia y la hiperactividad permanente al estado de letargo y de pasividad extrema.
Los invernantes cuentan que es un lugar muy atípico. Es como estar en otro planeta.
La Base Belgrano II es la más austral del país en la Antártida, y la tercera a nivel mundial.
Las actividades que realizan es variada: se lleva a cabo presencia y la logística para llegar hasta la Antártida, y también cuentan con un laboratorio científico.
Una de las actividades que se lleva adelante es “Belgrano a Marte”, donde los tripulantes realizan determinados ejercicios y prueban aparatos de telemedicina para un futuro viaje a Marte.
Esto se debe a que “la base cumple con requisitos de aislamiento y climáticos” que deberían enfrentar astronautas que realizan viajes espaciales.
También se instaló un telescopio nacional para observar cuerpos extraños, ya que “aquí la atmósfera es limpia y permite hacer esas visualizaciones”.
En la Antártida todo se complica, todo es mucho más difícil. Hay que picar hielo para tener agua diaria.
Hacia esa base tan lejana va uno de los nuestros. Desde Luján, el suboficiam Adolfo Bustos.

Historia de la Base Belgrano II
Se fundó el 5 de febrero del 1979, con la finalidad de continuar las investigaciones científicas que se venían desarrollando. Hereda su nombre de la antigua Base Belgrano, que se erigió en 1955 y fue desactivada en 1980 porque estaba por desprenderse la parte de la barrera de los hielos Filchner, en donde se ubicaba.
Constituye la base permanente más austral de la República Argentina; desde allí, partieron las dos expediciones que lograron llegar al Polo Sur marcando hitos en la historia del continente blanco.
Ubicación
Está ubicada sobre el Nunatak Bertrab, en los 77º51’S y 34º33’W, en bahía de Vahsel sobre la costa Confín en la Tierra de Cotas. Se encuentra a 1300 km del Polo Sur y se caracteriza por tener cuatro meses de noche polar y cuatro meses de día. Desde allí, durante la noche, se observan abundantes “auroras polares”.
Actividades
Al contar con el Laboratorio Belgrano (LABEL) del Instituto Antártico Argentino y una estación meteorológica, allí se desarrollan estudios de: la capa de ozono, anhídrido carbónico y rayos ultravioletas, en convenio con Italia; auroras polares, también en convenio con Italia; análisis de las variaciones del campo magnético; estudios del comportamiento de la ionosfera, ruidos cósmicos y silbidos atmosféricos.




Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS