En la jornada del viernes, recibieron el reconocimiento y un agasajo por parte de sus compañeros del turno mañana de la Escuela 50. Se acogen al beneficio de la jubilación tras una fructífera trayectoria docente.
Con la presencia de la supervisora educativa, Miriam Suarez, del director del establecimiento, Roberto Chacón y de quienes fueron sus colegas durante muchos años, Ana Fernández y Dalinda Gómez, tuvieron su despedida de la Escuela N° 50.
“Han pasado 37 años de servicio y muchísimos alumnos por mis manos, muchos de ellos hoy son profesionales, Luisito Flores, Silvita Gatica, yo les digo así porque han sido alumnos míos de segundo y tercer grado“, señaló emocionada Ana Fernández , quien comenta que se viven “una mezcla de sensaciones, de tristeza y felicidad. He pasado por dos escuelas. Estuve 15 años en el Instituto San José y 24 años en la Escuela 50, se va a extrañar todo esto pero habrá que empezar con nuevos proyectos“, indicó.
Al momento de rememorar momentos agradables de la profesión, la seño Anita comentó: “Un ex alumno mío vino un día a la puerta de mi alma y me dijo ´Seño, le presento a mi hijo´. Eso fue algo hermoso“.
“Un montón de lecciones de vida nos han dado nuestros alumnos a lo largo de tantos años, en una hermosa etapa que no nos vamos a olvidar nunca”, concluyó Fernandez.
Dalinda Gomez, en tanto, se manifestó “Feliz por haber llegado a esta etapa. Dios me dio la oportunidad de tener un trabajo, un trabajo en el que fui construyendo la vocación día a día“. Respecto al momento que le toca vivir, indicó: “Son sensaciones encontradas, una misión cumplida , ahora a descansar y cambiar de actividades y a la vez dejas a los chicos, no vas a estar más en el aula , no vas a recibir las muestras de cariño que te dan día a día, no vas a ver a los colegas que muchos de ellos son tus amigos y vas a dejar la institución donde uno ha trabajado tantos años“.
Al ser consultada sobre lo que se lleva de su experiencia como docente, la seño Dalinda expresó: “lo más lindo es el cariño de los chicos y el reconocimiento de los padres. Esa es la satisfacción mas grande que yo como docente he podido tener, porque el amor y el reconocimiento de un niño es genuino, el niño no te miente. Por lo general han sido más las muestras de cariño que he recibido en los chicos y eso es lo que llevaré en el corazón“.
Entrevista y fotos: Silvio Garay
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