
Fue uno de los primeros quinenses en estudiar medicina. Estuvo en San Francisco en el terremoto de 1936 y durante la epidemia de Neumonía Pestosa en 1932. Además, fue escritor y el esposo de María Delia Gatica de Montiveros.
Un día como hoy, pero hace más de un siglo, nació en Quines el Dr. Agustin Uladislao Montiveros. Descendiente de una de las familias tradicionales de la época en el Departamento Ayacucho, abrió sus ojos a la vida el 5 de mayo de 1902.
En un momento histórico donde no era algo común que los jóvenes de Quines estudiaran carreras universitarias, Agustín viajo a la ciudad de Córdoba, en los primeros años de su adolescencia, para iniciar sus estudios secundarios en el tradicional Colegio de Monserrat, situado en el corazón de la docta. Posteriormente, comenzó la carrera de medicina en la prestigiosa Universidad Nacional de Córdoba logrando el título de Médico Cirujano en el año 1930, año en el que Hipólito Irigoyen era depuesto de su presidencia, comenzando lo que luego se conoció como la década infame.
Montiveros ejerció, en un principio, su profesión en Córdoba y luego tuvo diversos cargos en el norte puntano y en la ciudad de San Luis. En el año 1933 contrajo matrimonio con María Delia Gatica, oriunda de Luján, escritora, docente e investigadora cuya excepcional trayectoria la constituyó en una de las más destacadas referencias intelectuales de nuestra provincia en el transcurso del siglo pasado.
En 1936, Agustín Uladislao Montiveros, se desempeñaba como médico en San Francisco del Monte de Oro, cuando ocurrió en esa localidad el terremoto más importante de que se tengan registros en la historia de la Provincia. Montiveros tuvo un rol destacado en esos días de pánico generalizado. El sismo, que tuvo una magnitud estimada de 6,0 en la escala de Richter, a una profundidad de 40 km, y de una intensidad de “grado VIII” en la escala de Mercalli provocó daños en más del 90 por ciento de las edificaciones de la época.
Complementando su labor como médico, el Dr. Montiveros despuntó su gusto por la literatura escribiendo tratados médicos y, junto a su esposa, el libro “El Mollar”, una especie de relato autobiográfico donde testimoniaron sobre la forma de vida en nuestra zona.
Fuente: Blog la Historia de Quines
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