El proyecto de un inmigrante sirio llegado al país hace más de un siglo logró superar los obstáculos que toda empresa tiene. Esta empresa familiar fue continuada por las sucesivas generaciones, llevando actualmente el nombre “Abuela Teodora”.
No es fácil encontrar en nuestra región, en nuestra provincia y en nuestro país comercios, industrias o pymes con 100 años de actividad ininterrumpida. Pero en San Francisco del Monte de Oro, el proyecto de un inmigrante sirio llegado al país hace más de un siglo logró superar los obstáculos que toda empresa tiene.
Se trata de Jacobo Alume (sirio) que junto a su esposa Teodora Vega (española) inauguraron el 6 de enero de 1922 la Panadería “La Moderna”, en San Francisco del Monte de Oro.
Don Jacobo Alume falleció en 1954 y dejó su herencia para que continúe la empresa familiar a su hijo Alberto Alume.
Esta empresa familiar fue continuada por las sucesivas generaciones, llevando actualmente el nombre “Abuela Teodora”.
En este día tan especial, Mely Alume, bisnieta de Jacobo Alume y Teodora Vega contó sus sensaciones, vivencias y el legado de una familia que tiene una página grande en la historia de la cabecera del departamento Ayacucho: “Hoy en el cumpleaños número 100 de ininterrumpido servicio a la comunidad quiero agradecer a cada sanfrancisqueño por habernos elegido y permitido siempre llegar a cada hogar, a cada mesa con nuestro pan y nuestros productos. Gracias atodos los comerciantes del pueblo que nos eligen desde hace años y que aún nos siguen eligiendo. Acada paraje, a cada pueblo cercano que nos acompañó y recibió siempre, entre ellos Leandro N. Alem, Quines, Pozo Cavado, Villa Gral Roca. Gracias a las Escuelas por dejarnos formar parte. Y Gracias a todas las personas y al equipo de trabajo que formó y sigue formando parte de la Panadería. Por su esfuerzo, compromiso y colaboración para llevar adelante esta empresa y acompañar a mi Padre durante tanto tiempo”.
El siguiente es un recuerdo que el historiador, profesor Mario Z. Camargo, comparte extraido de la obra de la escritora María Delia Gatica de Montiveros, en su obra “Tres Lustros en San Francisco del Monte de Oro”: “Constituyó el matrimonio Alume Vega una familia de numerosa descendencia, de la que algunos se distinguieron en la comunidad y en la provincia. El oficio de don Jacobo era el de panadero, aunque antes había sido sodero con los Vega. La panadería ocupaba la esquina de la casa. El pan de lo Alume era buenísimo. ¡Y que decir de las variadas tortas y deliciosas masitas! Constituyeron para mi una permanente atracción. Don Jacobo fue con su panadería un pionero en San Francisco”.
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