Llegó a pelear en el Luna Park. Fue campeón puntano y rioplatense. En su última pelea, combatió “a lo Rocky” con una luxación en el brazo. Después del retiro, en Quines, fue promotor de box.
Si bien nació en Capilla del Carmen, provincia de Córdoba, Antonio Ajib Atala Garay, el turquito, vivió muchos años en Quines.
Debutó como boxeador en 1942 combatiendo bajo la carpa de un circo, ganándole por fuera de combate en el cuarto asalto a un levantador de pesas que lo había desafiado. En 1945 cuando cumplía con el servicio militar en la Base de El Plumerillo (Mendoza) volvió a incursionar en el boxeo, que alternaba con el ciclismo, pero como el maestro Francisco “Paco” Bermúdez que entrenaba en el Mocoroa Boxing Club le dijo que optara -porque ambas disciplinas no se complementaban-, se decidió por el pugilismo.
Su récord registra 67 peleas, de las cuales ganó 61 y empató 2. Combatió en los más renombrados escenarios del país, incluyendo el mítico Luna Park. Cuenta Lucio Figueroa en su libro Quines y el paso del tiempo, que las pocas derrotas que sufrió el turquito Garay fueron por puntos “Fue guapo de guapos, nunca besó la lona del cuadrilátero, ni nadie le dobló una rodilla”.
Dejó las fuerzas armadas con el grado de cabo mayor de aeronáutica de reserva. Enfrentó a rivales de la talla del campeón latinoamericano, el uruguayo Felipe Suárez en Montevideo a quien venció para clasificarse campeón Rioplatense en 1947.
“El 19 de noviembre de 1947 pelea en el Luna Park en la categoría Medio Pesado contra Alberto Diasgne (representante de Rosario). Su pelea fue la que coronaba la noche ya que la categoría es muy prestigiosa”, señala el historiador quinense Marcelo García.
Luego obtuvo el campeonato puntano al noquear en el tercer capítulo a Gregorio Miranda, padre de Carlos y Ernesto Miranda quienes fueron destacados valores de actuación internacional. Ese mismo año fue finalista del campeonato argentino para aficionados, siendo derrotado por puntos por el porteño Oscar Arizmendi, en fallo polémico. Culminó sus actuaciones en 1949 cuando, combatiendo con el cordobés Napoleón Escudero, sufrió la luxación de un brazo y rotura de ligamentos por lo que abandonó la práctica del pugilismo. Su última pelea, que es digna escena de una película de Rocky, fue descripta en una crónica del Diario “Nuevos Rumbos” de la siguiente manera: “después de un primer round que le fue neto favorable, entró en el 2do. dispuesto a poner K.O. a su rival, sufrió en un encontronazo una luxación de un hombro por lo que los médicos aconsejan que no vuelva a pelear, siguió empero la lucha con una sola mano en manifiesta inferioridad de condiciones perdiendo así una pelea por puntos que mereció ganar”.
El Diario Democracia de Villa Dolores señaló: “El Turquito Garay a su paso por todos los rings de la República dejó bien altos los prestigios del box, fue un caballero del ring, correcto y valiente, jamás defraudó al público y ningún rival pudo hacerle tocar la lona ni hacerlo abandonar”
Luego de retirarse, se convirtió en promotor, fundando con Manuel “El Pibe” Miranda, “El Turquito Garay Boxing Club” que desarrolló su actividad en las mismas instalaciones de hoy desaparecido Club Huracán de Villa Dolores. En 1953 se traslada a organizar boxeo en Quines, de donde salieron muy buenos valores, como Pedro “Trompin” Arias,”, Domingo “Poyoyo” Castro o Alfredo “Cabañez” Agüero.
Como técnico dirigió a Elio Ripoll, el dolorense que se clasificó finalista en la selección para los juegos olímpicos de Finlandia en 1952, donde fue derrotado por Rómulo Parés, Humberto Barbato, Domingo Castro y últimamente obtuvo sendos campeonatos con Tomás Tapia y Julio Mercado quien ya combate para la TV.
Fuentes: Blog La Historia de Quines – Libro Quines y el Paso del Tiempo de Lucio Figueroa
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