El 2020 fue un año trágico en materia de incendios forestales, aquel año Córdoba perdió más de 400 mil hectáreas de monte y se posiciono como la provincia más afectada del país. En la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala, los Becerra son conocidos por generar incendios para que broten las pasturas para el ganado, durante años realizaron quemas intencionales impunemente destruyendo la rica biodiversidad de las sierras cordobesas.
Los hermanos Alejandro y Francisco Becerra son propietarios de las estancias San Alejo y Paso de las Piedras en Pampa de Achala, una zona que hace unos 30 años fue declarada Reserva Provincial por su importante rol en el ciclo hídrico de la región. Son la tercera generación del establecimiento ganadero que inició su abuelo Rodolfo hace 70 años, allí crían vacas campeonas de genéticas como Angus y Brangus, que venden en el mercado nacional e internacional.
En la zona son conocidos por ser incendiadores seriales, destaca una investigación de Sala de Prensa Ambiental. Durante años realizaron quemas intencionales sin reparos por el peligro generado, tan solo entre el 2015 y el 2019 personal del Parque Nacional Quebrada del Condorito contabilizó 208 columnas de humo provenientes de las estancias de la familia, que colindan con el área nacional protegida.
En 2012 y 2014 los Becerra fueron denunciados por las autoridades del parque por los incendios intencionales que en más de una ocasión se adentraban en el área nacional protegida; pero ninguna de las demandas avanzó. En 2017, uno de los tantos incendios se les descontroló e ingresó al Parque Nacional, los Bomberos Voluntarios de Mina Clavero se abocaron a combatir el fuego y luego de un arduo trabajo lograron sofocarlo. En esa oportunidad allanaron la estancia, pero no encontraron a Becerra. Se inició una causa, pero poco después quedó ‘cajoneada’ y las quemas continuaron impunemente.
Nunca, en las centenas de incendios que generaron, llamaron a los bomberos; los combatientes eran advertidos por los vigías del Parque Nacional o por algún turista que divisaba las columnas de humo. Es más, los bomberos denuncian que cuando acudían a alguna de estas estancias eran amedrentados por los peones, seguramente bajo la orden del patrón.
“Se escuchaban disparos cuando nos acercábamos”, recuerda Ariel Machuca, del cuartel de Bomberos Voluntarios de Mina Clavero, al ser consultado por Sala de Prensa Ambiental. Por tal motivo, cuando iban a apagar el fuego en las estancias de los Becerra debían solicitar custodia policial.
El 17 de mayo del 2020, poco después de que la provincia declarará el “alto riesgo” de incendios forestales, otro incendio se originó en la estancia San Alejo, el fuego ingresó al Quebrada del Condorito e incineró más de 120 hectáreas de monte. Durante dos días, bomberos y brigadistas forestales trabajaron arduamente hasta lograr sofocar las llamas, para ello contaron con el apoyo de una avioneta hidrante y numerosos vehículos. En aquella ocasión, la Policía ingresó a la estancia y detuvo a Alejandro y a dos peones que trabajaban para él, los empleados fueron liberados luego de la declaración indagatoria, mientras que el empresario debió abonar una fianza para salir en libertad. Ahí comenzó una causa judicial que se cerraría cuatro años más tarde.
En 2022 la causa fue elevada a juicio, y luego de dos años de vaivenes judiciales, en abril pasado Alejandro Becerra fue condenado a tres años de prisión en suspenso por ser el autor intelectual de aquel incendio, la justicia comprobó que sus empleados iniciaron el fuego bajo sus órdenes.
La condena de Alejandro también incluía la realización de trabajos comunitarios; pero trascendió que fueron sustituidos por una fianza de 3 millones de pesos. Por su parte y ante la imposibilidad de abonar una fianza, los peones fueron enviados a cumplir tareas comunitarias en el dispensario de Icho Cruz.
La cuestión económica no es menor, ya que el operativo para extinguir aquel incendio demandó 2 millones de pesos (unos 30.500 dólares a la cotización del momento) que salieron de las arcas públicas. Cuatro años después y devaluación mediante, Becerra pagó cerca de 3 mil dólares de fianza para evitar realizar trabajos comunitarios. Para graficar la irrisoria fianza, un ejemplar de genética Angus como los que cría puede venderse a un precio superior a los 15 mil dólares.
A pesar de ello, el abogado especialista en gestión de áreas naturales, Martín Cascone, subraya que “el caso sienta un precedente importantísimo” en la provincia, usualmente solo se juzga a los autores materiales de los incendios, y esta es la primera vez que la justicia cordobesa condena al autor intelectual. Además, los vecinos de Pampa de Achala celebran que desde aquel catastrófico incendio la familia Becerra no volvió a realizar quemas intencionales, probablemente por estar en la mira de la justicia, destaca el periodista ambiental Daniel Díaz Romero en su columna radial en la FM 102.3.
Foto de portada: Joaquín Padilla.
Fuente: Ecopress
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