“Sueño con una Iglesia verdaderamente Madre que cuida a sus hijos, los protege y sale a buscar al que quedó fuera de su abrigo. Una Iglesia que se caracterice por ser madre y no jueza”, indicó el monseñor de 56 años.
En la Iglesia Catedral acondicionada especialmente para estos tiempos de coronavirus, el obispo saliente, Pedro Martínez, dirigió palabras de bienvenida al nuevo obispo y, seguidamente, monseñor Lozano transmitió el saludo de los miembros de la Conferencia Episcopal Argentina y leyó el Decreto Protocolar 4205 de este nombramiento firmado por el Papa Francisco el 7 de julio pasado.
En sus primeras definiciones, monseñor Barba expresó que un obispo debe ser “padre de todos y servidor desde la unidad” y destacó que la Diócesis debe ser “la madre que da lugar a todos los carismas, y como obispo eso procuraré con mucho esmero, que todos sientan que tienen lugar en la mesa y en esa mesa debo ser servidor de la comunión, atendiendo a unos y a otros, abriendo puertas para quienes deseen entrar y tendiendo puentes donde sea necesario”.
Con sus 32 años de vida sacerdotal y seis de episcopado, monseñor Barba expresó su deseo que esta entrega en su nueva función en San Luis “me lleve justamente al servicio de la justicia y el derecho, al amor y la misericordia para llevar a todos al encuentro del Señor como una Iglesia sencilla, servidora, de puertas abiertas para todos”.
“Aprendí que siempre debe trabajarse en equipo”, enfatizó más adelante y consideró que “el único centro de la tarea evangelizadora es Jesucristo; amo la rectitud, la justicia y la verdad; tengo aversión por la mentira y la falta de transparencia; también aprendí a poner las cosas sobre la mesa y no temo en hablar, ni en decir lo que haya que decir. Solo busco hacer lo que corresponda. No es difícil trabajar conmigo siempre que se lo haga desde la verdad”.
“Siento profundamente que el primer paso que debo dar es escuchar la historia que nos habla con sus hechos, al pueblo que se manifiesta con sus esperanzas y también con su propia cultura; escuchar a todos los fieles cristianos que darán su mirada cual paleta de colores que enriquecerán una nueva pintura”, expresó monseñor Barba en su homilía.
Finalmente, Barba dejó un mensaje a la comunidad puntana: “No me preocupan las diferencias de pensamientos o de criterios, lo que no se puede jamás perder es el respeto y la comunión; esos son los ejes esenciales para con el obispo. Si queremos ser eclesiales de verdad, nada puedo yo sin ustedes y nada pueden ustedes sin estar en comunión con el obispo”.
Estuvo presente el Gobernador de la Provincia, Alberto Rodríguez Saá, en esta ceremonia celebrada en la Iglesia Catedral y a la que asistieron invitados especiales y que fue transmitida en vivo por ANSL, Canal 13 y diferentes medios de la provincia.
El primer mandatario puntano asistió acompañado del vicegobernador, Eduardo Mones Ruiz, la jefa de Gabinete de Ministros, Natalia Zabala Chacur, y el ministro de Justicia, Seguridad, Gobierno y Culto, Fabián Filomena.
Fue una ceremonia dominada por barbijos y el distanciamiento social establecido y en medio de estrictas condiciones sanitarias, que tuvo también la presencia de los obispos de La Pampa, Raúl Martín, y de La Rioja, Dante Braida, y de intendentes, legisladores y autoridades de diferentes instituciones.
Afuera, los fieles siguieron la misa a través de pantallas gigantes, con tapabocas y el exigido distanciamiento.

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